...Pekeña Memole encontró como por arte de magia, una nota puesta en el cristal de su coche, de alguien que no se atrevió a firmarla. Lo que ponía en la nota, solo lo sabe ella y no creo que interese mucho.
Por aquel entonces, nadie conocía personalmente a Pekeña Memole, así que no sabemos que carita se le quedó al ver una nota dirigida a ella tan...directa al corazón.
Aquella persona que escribió la nota, no podía retener su manojo de nervios cada vez que se encontraba con Memole en un pasillo, o en la puerta o simplemente, la veía entrar desde una ventana, y sentía la necesidad de ir hacia ella, inventandose cualquier cosa para hacerlo, y encontrarsela de frente, sin querer...queriendo.
Otro dia, Memole encontró otra nota, más o menos con el mismo significado que la anterior. Ella seguía sin saber quien era la misteriosa persona que bajaba hasta su coche a dejarle esos medios folios doblados por la mitad y vueltos a doblar.
Incluso, poco despues, apareció otra más.
Creo recordar, por lo que me han contado, que pocos dias despues de dejar la ultima nota, la persona que las escribia y las dejaba cuidadosamente, tuvo un acto de valentia y a la vez de ilusion, y fue a hacerle una visita a la Pekeña Memole...
De aquella visita, se pueden destacar varias cosas: Descubrimos que Pekeña Memole tenía las tres notas cogidas con un imán en el frigorifico, supongo, que manteniendo ella la esperanza de que la persona que las escribia fuese Brad Pitt. Tambien, que si la persona que le escribia, se hubiera esperado quizás, uno, dos o tres dias, podría haber obtenido una respuesta de Memole, en forma tambien de nota. Y por ultimo, que desde aquella tarde, en que se conocieron y se dieron dos besos de "bienvenido a mi vida", ya no hay notas por medio, sino que todo lo que hablan, se lo dicen a la cara.
Memole se sienta en el sofá, con las piernas cruzadas encima y la otra persona, sea quien sea, la mira imaginando cosas, que no debería.
Se me olvidaba contarte, que la Pekeña Memole no vive sola, sino que lo hace acompañada, por lo que he podido saber, de una pedazo de cielo, que le llamamos...digamos que...Musita, a la que todavia conocemos poco, pero tiempo al tiempo.
Esta es la historia de Memole y del desemor amoroso de quien dejaba, cada vez que podía una carta en su coche, siempre sin firmar.
Se me olvida estar más tiempo contigo.
Se me olvida decirte mil veces más que te quiero.
Se me olvida que a lo mejor no te merezco.
No me acuerdo si te he dado todo lo que tengo.
Se me olvida quererte más a menudo.
Se me olvida pedir perdón por lo que hago.
Se me olvida dar explicaciones por lo que no hice.
No me acuerdo si soñé ayer contigo.
Se me olvida dar las gracias por lo que das.
Se me olvida acariciarte el pelo cuando llegas.
Se olvida estar triste cuando veo que te vas.
No me acuerdo si esperé a que vinieras a por mi.
No he podido resistirme a poner esta foto de unos pequeños saltamontes a los que trato de enseñar a jugar al tenis. Jugar, jugar...no es que lo hagan como para ponerles un diez, pero son un encanto.
De izquierda a derecha son Marina (La chunga, para los profes), Elena y Abril (la mulatita). La raqueta...es una de las mias.
La verdad es que nunca me he reido tanto con niños pequeños como con estos elementos, con los que hay que tener mucho cuidado!!!